“La cinta se filmó en Bogotá, en locaciones como el Hotel de La Ópera, y el Hotel y Residencias Tequendama, pero también en una casa-estudio en la que construimos más de 10 sets escenográficos. A este trabajo de arte se suma un diseño de prostéticos muy exigente para acercarnos mucho a la imagen y el espíritu de Joe Arroyo. La película cuenta con un trabajo muy grande de investigación, diseño, grabación y masterización musical, y tendrá también un trabajo muy delicado de VFX. Acabamos de terminar el rodaje pero faltan cerca de seis meses de posproducción musical, sonora y visual” añadió Durán.